Valentín Amador trabaja en Disney como animador. Ha participado en películas como Frozen, Vaiana y Zootrópolis. Comparto contigo mis apuntes sobre la interesante conferencia que ofreció en Caixa Forum Barcelona.
Silly Symphonies
Al principio, las historias de Disney eran cortometrajes animados que se proyectaban en los cines antes de la película importante.
En los primeros años treinta del siglo pasado crearon las ‘Silly Symphonies’. Eran cortos de minutos mediante los que hacían pruebas y ver la manera de transmitir vida al personaje.
En ‘La diosa de la primavera’ se utilizaron ciclos de animación muy básicos, sin fundamento anatómico. En el siguiente vídeo puedes apreciar el movimiento irreal de los brazos de la protagonista.
No solo el nivel de dibujo no tiene nada que ver con lo que vendría a continuación, también el de actuación.
Disney consiguió ser lo que es gracias a la fuerza con la que cuenta las historias.
Blancanieves (1937)
Cuando Walt Disney hizo Blancanieves, todos pensaron que estaba loco. ¿Un largometraje animado? Para él, el trabajo era conseguir que el espectador creyera que el personaje era real.
Esta fue la película que sentó las bases de la marca Disney.
Los animadores Fred Moore y Bill Tytla fueron fundamentales en su creación.
Fred Moore ya había trabajado en Mickey Mouse, por ejemplo en ‘El sastrecillo valiente’.
Bill Tytla creó la animación del diablo de ‘Fantasía’, la ballena de ‘Pinocho’ y el gigante de ‘El sastrecillo valiente’.
Cenicienta (1950)
Tras Blancanieves llegaron ‘Pinocho’, ‘Bambi’ y ‘Fantasía’. Finalmente, Disney produjo ‘Cenicienta’ (más cercana a la versión de Charles Perrault que a la de los hermanos Grimm). De su éxito dependía la salvación del estudio. Si hubiera sido un fracaso, Disney hubiera cerrado.
La Bella Durmiente (1959)
La adaptación de Disney aporta elementos nuevos a este cuento clásico, como que no todas las ruecas del reino se destruyen. La princesa Aurora pasa su juventud escondida en el bosque con una falsa identidad.
El desarrollo del malvado personaje de Maléfica (a cargo de Marc Davis) fue lo que más llamó la atención.
Tardaron más de siete años en realizar la película y fue un fracaso en su estreno.
La Sirenita (1989)
A finales de los años ochenta, fue ‘La Sirenita’ la encargada de salvar los estudios. Llevaban muchos años intentando materializar el proyecto. Hubo un primer intento en 1938 y otro en 1956.
Kay Nielsen estuvo trabajando en la primera versión que se pensó hacer y, aunque no se llegó a acabar, su nombre aparece en los créditos de la película que se harían décadas más tarde.
Fue en 1989 cuando un equipo liderado por Ron Clements y John Musker lo llevó a cabo. Querían hacer un musical y Howard Ashman y Alan Menken, compositores, importaron el musical de Broadway al cine de animación; no se puede contar la película sin las canciones.
En la segunda o tercera canción de un musical, la heroína cuenta lo que quiere que pase y así nos sentimos identificados con ella. En ‘La Sirenita’ de Disney, esta canción fue con la que cierro el artículo. Puedes cantarla tantas veces como quieras, que para algo formas parte de «el exterior».